Una cosa más en este mundo que me da mucha risa

El yogui Prahlad Jani de la india dice haber sobrevivido por más de 70 años sin comer, sin beber, sin orinar o defecar. Hace poco fue observado, vigilado las 24 horas por cámaras, varios días por un equipo de médicos que afirma estar asombrado por el misterio (ver nota de prensa). El asunto parece ser simplemente una maravilla más de la medicina y de las capacidades del cuerpo humano. Pero no es simplemente eso. Según nuestra comprensión del universo el yogui viola completamente las leyes de la física contemporánea. En efecto, según nuestra ciencia ningún sistema físico o biológico puede sostenerse de manera autónoma. Esto es un corolario del patrón natural más hermoso que hemos encontrado en el mundo: la Ley de Clausius, o Segunda Ley de la Termodinámica. Para decirlo de otra manera, el yogui parece estar generando energía de la nada para mantener su cuerpo vivo, y esto simplemente no puede ser. La otra opción, como bien sostienen los médicos, es que él se encuentre obteniendo energía (y agua) de otra fuente diferente a los alimentos. Las opciones son el sol, las estrellas, la energía mística del cosmos. Cómo es posible que esto ocurra, cómo es posible que pueda existir la energía mística del cosmos, es algo que de igual manera es inexplicable para la ciencia. En pocas palabras el dilema es el siguiente: o la ciencia tiene un error de fondo en su comprensión de la realidad o la ciencia tiene un error de fondo en su comprensión de la realidad. No hay más opción. Es un hecho.

Me da mucha risa cómo un viejo yogui se “caga” encima de toda la ciencia occidental sin siquiera ensuciarse en el proceso. Y todo esto me pone a pensar que nosotros los occidentales de manera lamentable hemos colocado todos nuestros huevitos en la cesta de lo racional, violando en este sentido uno de los principios mismos de la racionalidad. Si este no fuera un espacio sensato, formal, “académico”, donde prima el respeto, las buenas maneras y las palabras probas, me vería obligado por mi resentimiento a decir, como mis congéneres costeños, una gran verdad: "valemos verga" (que pena, que vulgaridad, dios mio, que falta de respeto).

La ciencia y la filosofía no ofrecen respuestas sino a problemas triviales, pero nosotros nos sentimos empeñados en seguir pensando sólo en trivialidades. Así que los Habermas y los Hawkings de este mundo parece que tienen su vida asegurada.


Hace poco el Ministro Europeo de Exteriores y las Naciones Unidas presentaron informes independientes mostrando de manera irrefutable que en un futuro cercano habrá escasez de alimentos masiva, hambrunas y sequías. El agua faltará y la gente morirá de hambre a manos llenas. Al parecer la humanidad tiene en frente un sombrío futuro.
Pero, es decir, no faltaba más, ¿es que no tenemos la solución final a la mano? Hay que permitirle a los científicos que encierren a ese puto yogui en un cuarto iluminado las 24 horas, que lo abran en dos si es necesario, hasta que desvelen su secreto, maldito viejo egoísta, dizque bendecido por una diosa el muy cabrón. Que los científicos nos salven al fin de la hambruna envasando el misterio hindú en una pastilla verde con sabor a Carne de Res, o Brócoli para los vegetarianos, que no se sigan quejando los muy fulanos que no los tenemos en cuenta. Que vendan la pepa en un cartoncito dorado con el logo de Pfizer. A lo mejor legalizan el medicamento genérico y yo me puedo comprar una caja en promoción. 
Sólo pediría, de manera muy humilde señores científicos, que hagan una versión para felinos, que como ustedes saben tienen necesidades nutritivas diferentes a las humanas.


PD: Miren el final de la nota de prensa sobre el hindú linkeada arriba: “el yogui se sometió a un escáner de resonancia magnética. Su cerebro y su actividad cardíaca fueron medidos con electrodos y le practicaron análisis de sangre. El resultado detallado será publicado en los próximos meses y el DRDO espera poder aprovecharlos para aumentar la resistencia de los militares o ayudar a las víctimas de catástrofes naturales”.

Sinceramente estos científicos están seriamente comprometidos con partirme de la risa.