No me soporto a los ateos (Sobre Nietzsche)



He decidido que ya no me aguanto más a los ateos. 
Esos ateos fans de la ciencia, liberales radicales, democráticos y defensores de una moral secular fundamentada en la razón. Son lo peor, y si a eso le agregamos un poco de marxismo trasnochado resultan insoportables.

El problema para mi no es si creen o no creen en dios, en ese sentido la idea de este manuscrito no es intentar convencerlos de su existencia, ese asunto me tiene sin cuidado. 
El problema es aquel aire de autosuficiencia ética e intelectual que exudan, el problema es ese síndrome profiláctico de estreñimiento racional que padecen, la cantidad de animaladas absurdas que perpetran al justificar sus  posiciones.

Por otro lado es necesario aclarar lo siguiente: si me ponen a elegir entre vivir en una sociedad atea y una llena de ridículos fanáticos creyentes con un pandero bajo la axila, preferiría, en general, a los sórdidos ateos, así me tocara votar cada 4 años. Digo en general pues, por ejemplo, si estuviera en el baño comunal de una cárcel, preferiría tener detrás a la encarnación moral de Jesucristo, antes que a un incrédulo gentil, si se me cayese el jabón.

De repente, para empezar, me parece fastidiosa la manera como el ateo promedio hace uso de Nietzsche como si fuera un pensador de vanguardia, mártir de la guerra santa de la razón pura contra la religión. Y es que no hay página de ateos donde no busquen apoyo, de una u otra manera, en el pobre Nietzsche. Para los ateos, él parece ser lo que para los cristianos San Juan Evangelista y hay que reconocer que en un primer momento la sabiduría popular los apoya: ¿no fue Nietzsche quien escribió el anticristo, quien se levantó de su caverna con un a viva voz “dios ha muerto”, quien afirmó que la religión es decadente, de esclavos de débiles y pusilánimes? Efectivamente, pero…
Hablemos de Friedrich Nietzsche, pequeños ateos ignorantes, (pero, querido lector, debe usted imaginar esta última frase verbalizada con la oratoria de un Bugs Bunny colocando un pesado ladrillo dentro del guante blanco con el que desea abofetear a Daffy Duck).
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Nietzsche realiza una crítica principalmente a dos religiones: Cristianismo y Budismo (considerando el budismo una religión). Sin embargo, la crítica no es la misma. En un sentido muy general la crítica al budismo es mucho más bondadosa y ambigua. Esto ya sugiere algo importante: no todas las religiones, para Nietzsche, van al mismo saco. Las religiones que él critica son las religiones pesimistas, nihilistas, resentidas con la vida, las religiones que promueven los valores del rebaño, aquellas que ven en el dolor, la piedad y la bondad, los valores principales de la moral. De esta forma, la principal enfermedad del cristianismo no es la figura de dios, sino la moral concreta (y la sociedad) a la que se encuentra asociada.
Además, para Nietzsche, la conexión entre moral cristiana y la decadente democracia es muy fuerte... Así, en la medida en que ustedes mis queridos ateos ilustrados ignorantes se consideran muy liberales y democráticos, muchos de ustedes usan a Nietzsche sin darse cuenta que, si él se los encontrara por una calle oscura y solitaria, lo más probable es que los patearía con asco hasta que se le desgastaran los zapatos. 
Dejemos que hable el propio Nietzsche:
"...el Buda dijo: "¡No adules a tu bienhechor!" Repitamos estas palabras en una Iglesia cristiana; inmediatamente ellas fumigarán el aire de todo germen cristiano"
"...el cristianismo fue, desde su origen, esencial y radicalmente, saciedad y disgusto de la vida, que no hacen más que disimularse y solaparse bajo la máscara de la fe en "otra" vida, en "una vida mejor"
"...el cristianismo es esa negación de la voluntad de vivir erigida en religión"
"...el cristianismo con su moral acarrea la ruina de los tipos más fuertes, más elevados y varoniles, y favorece a una especie de hombres de rebaño; el cristianismo es una preparación de la mentalidad democrática"
"...lo que hizo posible al cristianismo no fue la corrupción del mundo antiguo mismo, de la antigüedad aristocrática, como se cree comúnmente; nunca se condenará con suficiente rigor la idiotez erudita que sostiene todavía punto de vista semejante. Precisamente en los tiempos en que en todo el Imperio Romano se cristianizaron las masas enfermas y corruptas del bajo pueblo, el tipo opuesto al aristocratismo, hallaba su expresión más plena y hermosa. Se impuso la compacta mayoría; triunfó el democratismo de los instintos cristianos..."
"...el cristianismo, como gran movimiento popular del imperio romano, es la entronización de los peores, de los incultos, de los oprimidos, de los enfermos, de los extraviados, de los pobres, de los esclavos, de las viejas, de los cobardes; en suma, de todos aquéllos que tienen motivos para suicidarse, pero carecen del valor para hacerlo"
Ahora bien, Nietzsche critica la religión cristiana de una manera agresiva, pero por otro lado, defiende en muchas partes lo que él llama un sentimiento o instinto religioso. Para Nietzsche este instinto religioso se manifiesta en el hombre en tanto él es creador de dioses, un artista creador. Desde esta perspectiva, la crítica al cristianismo no viene de una posición atea sino, maravillosamente, de una particular valoración del instinto religioso: el problema con el cristianismo es que suprime ese instinto creador, colocando a un dios como el único posible, tratando a ese dios, no como una creación al servicio del hombre, sino como algo que se opone al hombre y lo despoja de su humanidad.
Si una religión es posible, diría Nietzsche, debe ser consciente de su carácter de “obra de arte” y debe estar al servicio de la vida, no en su contra. En el momento en que somos creadores, somos conscientes de nuestra "mentira" (también la ciencia, para Nietzsche, es una mentira), pero la abrazamos como nuestra, pues sirve a nuestros fines humanos.
Esto nos lleva a una reflexión muy importante: si por "ateísmo" se entiende el afirmar que dios no existe, entonces Nietszche es ateo (aunque hay diferentes formas de existencia que él estaría dispuesto a admitir).  Pero, si por ateísmo se entiende el no creer en dios (o en dioses), Nietzsche no sólo no es ateo, sino que a su manera nos anima a creer.
Incluso se pregunta cómo sería una religión que afirmara la vida, y cómo sería el dios (o los dioses) de una religión así. Así que todos aquellos pulcros ateos racionales pueden imaginarse cómo sería la bienaventurada y valiosa vida de un hombre si como dios tuviera una diosa-buscona libertina con infinitos clítoris en tembloroso éxtasis erótico, que le ofreciese saciar simbólicamente (con todo el ornato místico-ritualístico correspondiente) todos sus sacrosantos depravados placeres. E incluso en esto último (Nietzsche acepta), el cristianismo tiene algo que ofrecer.
De nuevo es él mismo el que coloca el tiro de gracia en el seso ateo:
"...el Dios moral cristiano no es sostenible. En conse­cuencia, «ateísmo»-como si no pudiera haber nin­gún otro tipo de Dioses"
"...¡y cuántos nuevos dioses son aún posibles!... En mí mismo, en quien quiere revivir de nuevo el ins­tinto religioso, es decir, creador de dioses, ¡cuán diver­so, cuán diferente se me ha revelado cada vez lo divi­no!... Demasiadas cosas extrañas han pasado ya ante mí, en aquellos instantes sin tiempo que nos caen en la vida como desde la Luna y donde en definitiva no se sabe nada de lo viejo que ya se es ni de lo joven que todavía se será... Yo no quiero dudar de que hay mu­chos tipos de dioses"
"...tenemos necesidad de la mentira para vencer esta “verdad”, es decir para vivir [...]. La metafísica, la moral, la religión, la ciencia [...] son tomadas en consideración sólo como diversas formas de mentira: con su ayuda se cree en la vida. “La vida debe inspirar confianza”: el deber planteado en estos términos es inmenso. Para cumplir con él, el hombre debe ser por naturaleza un mentiroso, debe ser, antes que ninguna otra cosa, un artista..."
"por ejemplo, la ebriedad religiosa y la excitación sexual (dos profundos sentimientos, por fin casi extrañamente coordinados. ¿Qué es lo que les gusta a todas las mujeres pías, viejas o jóvenes? Respuesta: un santo con bellas piernas, aún joven, aún idiota...)"
"...para que sea factible el amor, Dios debe ser una persona; para que puedan hacerse valer los instintos más soterrados, Dios debe ser joven. Ha de llevarse a primer plano un hermoso santo para el ardor de las mujeres, y una Virgen para el de los hombres. Esto en el supuesto de que el cristianismo quiera imponerse en un terreno donde ya cultos afrodisíacos o de Adonis han determinado el concepto del culto. El concepto de la castidad acentúa la vehemencia y profundidad del instinto religioso; presta al culto un carácter más cálido, más exaltado, más fervoroso.
El amor es el estado en que el hombre ve las cosas, mas que en ningún otro, tal como no son. En él se manifiesta cabalmente el poder de ilusión, lo mismo que el de transfiguración"

Por otro lado tenemos el asunto de la razón y la ciencia. Aquellos que aman a Nietzsche por ser la figura del  "sacerdote ateo" por lo común son superfreaks de la ciencia y de la racionalidad. De lo que no se dan cuenta estas pobres almas es que Nietzsche condena la ciencia moderna por las mismas razones que condena al cristianismo: la ciencia no se reconoce como mentira, y en esa medida quiere imponer una visión de mundo que destruye todas las demás, incluyendo el instinto religioso del que hablábamos.
Puede afirmarse incluso que para Nietzsche ese instinto religioso-estético-erótico, es más valioso que las ciencias. Esta idea es uno de sus pensamientos más profundos:

"...desde hace diecisiete años no me canso de denunciar la influencia desespiritualizadora de nuestro medio científico actual. La dura labor a que el volumen tremendo de las ciencias condena hoy a todos los individuos es una de las causas principales de que para los espíritus plenos, pletóricos y profundas ya no existan ni una educación ni educadores que les sean adecuados"
"...pero ¿qué principio, qué credo expresa más exactamente el cambio decisivo, la preponderancia ahora alcanzada por el espíritu científico sobre el espíritu religioso inventor de los dioses?" 
"...no se encuentra en las cosas nada más que lo que uno mismo ha introducido en ellas: ¿a este juego infantil del que no deseo pensar mal se le llama ciencia? Muy al contrario, continuemos con ambas actividades; necesitamos buen coraje para ambas, ¡los unos para reencontrar, los otros-nosotros otros-para introducir!
El hombre no encuentra en las cosas finalmente nada más que lo que uno mismo ha introducido en ellas: el reencontrar se llama ciencia, el introducir: arte, religión, amor, orgullo"

Así que la próxima vez que tu, mi respetado ateo, hables de Friedrich Nietzsche como un apoyo para tus convicciones más profundas, procura conseguirte primero una copia de "El Anticristo" y leerlo, y si eres de los que han tenido la deferencia de leerlo, sin entenderlo en su complejidad, te sugiero de manera comedida que lo enrolles y te lo introduzcas donde mejor te arrellane. Leer a Nietzsche y desear sacar de su lectura lo que a uno le de la regalada gana, es uno de los síntomas mas precisos de la imbecilidad académica (junto con el monocausalismo y la lucha de clases).

No sólo es borrico usar a Nietzsche para apoyar el ateísmo y la crítica fundamentalista a la religión, sino que es tan erróneo como pretender demostrar la Tesis de Church-Turing apoyándose en lo que uno encuentra escrito en una caja de tampones.

Termino con una última reflexión del maestro atormentado sobre la ciencia:
"Lo mismo sucede con esa creencia con la cual se satisfacen tantos sabios materialistas, la creencia en un mundo que debe tener su equivalente y su medida en el pensamiento humano en la evaluación humana, en un “mundo de verdad”, al cual nos podríamos acercar en último análisis, con ayuda de nuestra humana razón, pequeña y cuadrada. ¿Cómo? ¿Queremos realmente dejar que se degrade de esa manera la existencia a ser un ejercicio de calculistas y a un arrellanarse de los matemáticos en su cuarto? Ante todo, no se la debe querer despojar de la pluralidad de sentido de su carácter: ¡eso exige el buen gusto, señores míos, el gusto del respeto frente a todo lo que va más allá de vuestro horizonte! Que sólo sea correcta una interpretación del mundo [...] una interpretación tal que permite contar, calcular, pesar, ver y palpar, y nada más, eso es una torpeza y una ingenuidad, suponiendo que no sea una enfermedad mental ni un idiotismo [...] Una interpretación “científica” del mundo, como vosotros la entendéis, podría ser por consiguiente, inclusive, una de las más estúpidas, esto es, la más pobre de todas las interpretaciones posibles del mundo" 


PD: si les molestó que no hubiera referencias apropiadas en las citas, lo pueden entender como una invitación a leer a Nietzsche. Tampoco les voy a facilitar el trabajo.